El cuerpo en el cruce de la guerra y la vida

I. BIOPOLÍTICA. Filósofos, genetistas, semiólogos, sociólogos, políticos, invocan el concepto de Biopolítica. Foucault, Deleuze, Agamben, marcan un derrotero que nos involucra a los trabajadores corporales, porque se trata de la vida, se trata de los cuerpos, se trata del poder, del biopoder, de los mecanismos de control, de las políticas sobre los cuerpos. En estos días ha circulado Biopolítica en abundancia en Argentina, a través de la presencia de los filósofos italianos: Roberto Espósito y Paolo Virno.

II. EL BIOPODER. MODOS DE CONTROL SOBRE EL CUERPO. Foucault inicia la zaga. No hay libro del filósofo en el que el tema del control sobre la vida, sobre el cuerpo, no esté presente. Los que discurren sobre estos contenidos beben en esa fuente inagotable. Biopoder para Foucault tiene la doble significación de poder sobre la vida, políticas que se ejercen sobre el cuerpo biológico, sobre la sexualidad y de poder sobre la muerte, como ocurre con las políticas racistas que se desarrollaron en distintas épocas. “El antiguo derecho del soberano de hacer morir o dejar vivir es reemplazado por un poder de hacer vivir o abandonar a la muerte. A partir del siglo XVII el poder se ha organizado en torno de la vida bajo dos formas que no son antitéticas: por un lado, las disciplinas (anatomo-política del cuerpo) que tiene como objeto el cuerpo individual, considerado como una máquina, por el otro lado, desde mediados del siglo XVIII, una biopolítica de la población, del cuerpo-especie cuyo objeto es el control del cuerpo viviente soporte de los procesos biológicos -nacimiento, mortalidad, salud, duración de la vida-.” (Voluntad de saber)
“Una tecnología que llamaría Disciplina, por la cual se controlan los elementos más tenues… esto es los individuos. Las técnicas de individuación del Poder buscan cómo vigilar a alguien, cómo controlar su conducta, cómo intensificar su rendimiento, cómo multiplicar sus capacidades.” Del soldado carne de cañón de siglos anteriores, se llega al soldado habilidoso, sobre el cual se invierte, útil al sistema y que por tanto debe ser cuidado, supervisado, conservado (siglos XVIII y XIX y comienzos del XX). Esas tecnologías centradas en los individuos se enfocan en los cuerpos, en sus comportamientos, y a eso se consagran las disciplinas de control.
Con el advenimiento de la Población llega la Regulación. La vida misma entra en el dominio del Poder. El sexo, según Foucault aparece como una articulación entre las disciplinas individuales del cuerpo y las regulaciones de la población. La sexualidad de los adolescentes se vuelve un problema médico, moral, político y pretexto de control. La Regulación impone controles: control de la natalidad y mortalidad, tasa de crecimiento, hábitat, condiciones de vida en la ciudad, estadísticas.
La producción de subjetividad y la producción de corporeidad han ido en paralelo. Todo sistema social produce estilos de pensar la vida, de sentir los cuerpos, de actuar sobre ellos.
En la esclavitud se instala la apropiación de los cuerpos, la dominación absoluta de los cuerpos bajo el capricho del amo. El cuerpo es del amo. Se valora un cuerpo con fuerza y sumiso, extraña combinación, fuerza para la sumisión, sumisión para no usar la fuerza contra el amo. En el vasallaje se impone una relación de sumisión, que atañe más que a los cuerpos en sí, a los productos del trabajo de esos cuerpos. Otro control es el de la iglesia, el ascetismo garantiza privaciones, y aunque implica obediencia a otros, su objetivo es el de aumentar el dominio de cada cual sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo. Con el crecimiento demográfico del siglo XVIII nace la idea de cuerpo social a encauzar. Surge lo que Foucault denomina Panóptico, figura arquitectónica que permite la visión y el control total de poblaciones encerradas en escuelas, hospitales, prisiones, reformatorios, psiquiátricos, fábricas, al mismo tiempo metáfora sobre el modo de actuar de los mecanismos de control de ese periodo. El cuerpo se hace dócil, existe una vigilancia permanente, castigos y recompensas, procesos correctores de acuerdo con normas establecidas: lo que el cuerpo hace, lo que debe y no debe hacer y para esto… basta con un único ojo. Ciertas preparaciones físicas y gimnasias podrían resultar buenos instrumentos para producir estas corporeidades.

III. ESFERA DE LO ÍNTIMO Y LO GRUPAL. Toni Negri dice que lo que Foucault ha aportado a los jóvenes de los sesenta no era sólo una cuestión teórica, sino la creencia de que la transformación social sólo era posible mediante una desestructuración activa de las redes de Poder, singulares y colectivas, en las cuales ellos estaban presos. Una desestructuración activa de las redes de Poder en el ámbito grupal y en el ámbito de las conductas íntimas. Lo intimo y lo grupal aparecen como lugares posibles para el desarrollo de la potencia del cuerpo capturada por las redes sociales.

IV. BIOPOTENCIA. SENSIBILIDAD PARA HACER CIRCULAR LA VIDA. Según Deleuze todos los centros de encierro más actualmente atraviesan una crisis. La familia, la escuela, son un “interior en crisis”. “Todos saben que en un plazo no muy largo todas estas instituciones están acabadas… Sólo se pretende gestionar su agonía (a través de reformas) y mantener a la gente ocupada mientras se instalan las nuevas fuerzas”.
En las sociedades disciplinarias y en las de control, tanto las liberaciones como las sumisiones han de ser afrontadas. “En la crisis del hospital como medio de encierro, es posible que el hospital de día o la asistencia domiciliaria haya supuesto en un principio nuevas libertades… pero igualmente participan de los mecanismos de control que no tienen nada que envidiar a los terribles encierros. No hay lugar para el temor ni para la esperanza, sólo cabe buscar nuevas armas”.
Biopolítica para Deleuze, deja de ser prioritariamente la perspectiva del poder y de su racionalidad, teniendo por objeto pasivo el cuerpo social, el cuerpo de la población. La noción misma de vida deja de ser definida sólo a partir de los procesos biológicos que afectan a la población, e incorpora el poder de afectar y de ser afectado. Es decir, incluye la sensibilidad y cooperación social. Biopolítica es aquí potencia de la vida. A la disciplina, al control de la vida, a la docilización, se contrapone la potencia de la vida, del cuerpo.

V. EL CUERPO Y EL PODER HOY. ¿Cómo pensar hoy las relaciones entre el poder y el cuerpo? El cuerpo y el poder han tenido entrecruzamientos variados. ¿De qué cuerpos tuvieron necesidad las distintas sociedades? ¿De qué cuerpo tiene necesidad la sociedad actual?, se pregunta Foucault. Es probable que los modelos que predominaron en diferentes épocas sigan actuando en la era del CMI (Capitalismo Mundial Integrado) y sería de interés hacer un seguimiento de ello. En la actualidad hay bolsones de esclavitud, se sigue practicando una selección de la población no tanto por las pestes, la locura, sino por la exclusión social (sálvese quien pueda), por la precarización del trabajo (cuerpo que no puede y sigue, no hay lugar para la enfermedad, sólo para la muerte). Además no sólo se produjo el éxodo del Estado protector, sino también la emergencia de la protección vampírica privada a través de organismos surgidos de los intereses del Mercado (obras sociales, escuelas privadas, medios de comunicación en manos privadas, transportes privados, etc.). Un Estado que tiene la habilidad de hacer creer que no está ausente y así logra continuar manteniendo sus poderes, los marcos reguladores explícitos que planifican la vida y formas sutiles de formatear los cuerpos, los deseos, los afectos. El éxodo del Estado ha producido una corporeidad aparentemente menos controlada, más libre. Según Foucault del “control de represión” se pasó al “control de estimulación”. Desnudez, pero para cuerpos bellos, subjetividad Pilates, subjetividad anoréxica, subjetividad lifting. Estos cuerpos viven en la quimera de su libertad de elección: los que consumen ciertas imágenes se salvan. Los africanos en las pateras y los chicos que fuman el paco, son también estimulados por un Mercado que los hace consumir, en este caso: los que consumen, mueren. Algunos dicen que ésta es una forma radical de resistencia, me parece una vez más las necesidades del Mercado usan los cuerpos como campos de batalla.
Una de las frases de la Biopolítica actual es: Las guerras de hoy se hacen en defensa de la vida. Ésta es la lógica de la guerra de Irak y de otras guerras que vendrán. Otra frase es; Se salvan todos o no se salva nadie.

El cuerpo en el cruce de la guerra y la vida
Deslizar arriba