Lactancia materna, mujer y trabajo: apoyo madre a madre

La lactancia materna (LM) es mucho más que una manera de alimentar y vincularnos con nuestros hijos. Amamantar es ante todo una elección de nuestro futuro basada en nuestro pasado. La LM es tal vez el recurso que nos hace más humanos, pués en ella se pone en juego lo físico, lo emocional, lo histórico, la educación, la cultura, lo social. La LM humaniza porque permite criar en especie a nuestros cachorros, porque ayuda a conocer y satisfacer mejor las necesidades de esa cría, creando un vínculo único e irrepetible que posibilita un contacto cuerpo a cuerpo, un profundo y sostenido mirar a los ojos que son las ventanas del alma y un captar hasta los mínimos gestos con que ese pequeño ser se manifiesta. La LM humaniza, porque a las mamás, nos permite sentir la incondicionalidad del amor hacia el hijo, aún pudiendo reconocer la ambivalencia de los sentimientos y las emociones. Porque como adulto nos revive nuestra propia historia, nuestros vínculos. Una mamá que amamanta toma más clara conciencia de sus capacidades y sus limitaciones, de sus tolerancias y sus rechazos, de los sí y los no como mujer, esposa y madre proveedora. La lactancia nos dá la oportunidad de registrarnos, revisarnos y compararnos, de evaluar nuestras dificultades para sortear los obstáculos.

Nos enfrenta a la relación que tuvimos y tenemos con nuestro propio cuerpo y nos ayuda a poner sobre el tapete nuestra sexualidad y nuestro modo de relacionarnos.

La LM es un acto de entrega único, como único cada hijo, en el cual las madres entregamos además de nuestro propio ser, la resignación de los propios deseos y necesidades. Es el “Supremo acto de Amor” en el cual, el placer de amamantar supera cualquier otro tipo de sentimiento. Pero no debemos idealizarlo, porque nosotros sabemos que no todos amamos de la misma manera. Algunos nos entregamos por completo y otros tan solo damos migajas, y entre uno y otro extremo, hay tantos modos de amar, como seres existen en la faz de la Tierra.

Si amamantar es un acto de amor, entre un extremo y otro, habrá tantas formas de lactar como madres haya en el mundo, y para poder apoyar a una mamá, lo primero que debo hacer, es aceptar y comprender todas las gamas de esta polaridad.

La madre que apoya es un copiloto de ruta, es una acompañante, que actúa como una madre sustituta (esta madre que todos hubiésemos deseado tener) que apoya desde la comprensión, desde la libertad, desde la aceptación incondicional del otro y quién pondrá en acción una serie de comportamientos que servirán a la mamá que consulta como modelo y estímulo activo para hacer lo mismo. La acompañante alterna entre estados de disociación de y asociación a, en el cual para poder comprender debe vaciarse de sus propios pensamientos, sentimientos, conocimientos y prejuicios, para llenarse de los pensamientos, sentimientos, conocimientos y prejuicios de la mamá que viene a pedirle ayuda. Para poder apoyar es fundamental entender el problema de la mamá como propio. Es poder ponerse dentro de sus zapatos, mirar con sus ojos, escuchar con sus oídos y sentir con su piel y su corazón. Para ello debe ayudar a la madre que así lo desea y no a la que ella cree que tiene que ayudar. Debe responder solo las preguntas que la mamá le hace, tratando de acceder a sus dudas, intereses y necesidades, porque todo lo que se le informe y no le interese, ni siquiera lo escuchará o lo deshechará instantáneamente, incluso madres que consultan muy preocupadas acerca de bebés con ganancia muy lenta de peso en las que se recalca la necesidad de que el bebe sea prendido cada hora y media o dos, no lo hacen, poniendo en juego inconscientemente el normal desarrollo de su hijo.

La acompañante se vuelve más confiable si puede establecer un buen rapport con la mamá que pide ayuda, y para ello es fundamental que vea y entienda la vida tal como la vé y entiende la mamá para ello lo primero que debe hacer la acompañante es tener información de quién es y como es esa mamá, debe saber como y para qué hace las cosas, que intención tiene para mantener determinadas actitudes que parecen poco eficaces – Y es precisamente la intención el componente esencial y determinante de la LM – Por ello es, que para aquella mamá cuya intención es amamantar, no habrá cansancio, entorno, ni trabajo que pueda apartarla de su decisión. De modo opuesto, si la intención es no amamantar, cualesquiera fueran sus causas, no habrá ningún elemento acerca de la superioridad de la LM frente al uso de leches artificiales, que sea válido para ella y buscará causas internas o externas como mastitis, grietas, P° del entorno, retorno al trabajo, etc., que tarde o temprano, acaben con su posibilidad de amamantar.

En muchos casos, sobre todo aquellos que se refieren a su historia vincular, o a la relación que ella tiene con su cuerpo y su sexualidad, no son concientes, y entonces lo que nuestro oído escucha lo rotulamos como “excusas tontas”, generando así en la acompañante una cantidad enorme de juicios de valor negativo acerca de la mamá que le impiden ayudarla con eficacia.

Porque cuando nosotros nos relacionamos con las personas, las dotamos de características generadas por nosotros en nuestra galería de vínculos pasados significativos, lo que genera la aproximación y el contacto o el rechazo y el alejamiento.

Algo similar ocurre a los padres, quienes tienden a proyectar en sus hijos parte de sí mismos.

Para poder captar las necesidades del bebé la mamá tendrá que apoyarse en una identificación con partes de su propia experiencia infantil proyectada ahora en el hijo. Para aprender a conocer al bebé deberá salir de esa identificación y respetar las señales individuales de su hijo. Por lo tanto deberá advertir y aceptar las diferencias. Por eso para apoyar a una mamá lo más importante es ayudarla a identificar su propia historia y a distinguir sus propias expectativas, necesidades y deseos. La falta de cumplimiento de dichas expectativas frente al hijo o al tipo de parto imaginado pueden traer problemas: madres que han parido a sus hijos por vía cesárea o niños prematuros, han sufrido una caída en su autoestima.

Los supuestos diagnósticos muchas veces erróneos, de enfermedad del feto o de la madre durante el embarazo y aún prácticas como la dilatación manual realizadas a la madre supuestamente para acelerar un trabajo de parto difícil, pueden ocasionar serias dificultades en la lactancia.

Un elemento realmente importante en la relación de ayuda, es que la acompañante tenga claro que la decisión de la mamá de amamantar o no al hijo no es su éxito ni su fracaso. Lo fundamental es ayudar a la mamá a confiar en sus capacidades, porque nadie mejor que una madre atenta y observadora para saber que le ocurre a su hijo. La manera más eficaz de ayudar es bajarnos de nuestra propia omnipotencia para poder mostrarle a la mamá que lo mejor que ella puede hacer frente al llanto y otro requerimiento de su hijo, es probar una y otra vez hasta llegar a la respuesta adecuada, pues los bebes identifican lo que les sucede a través de la interacción con su mamá. A través de la satisfacción de sus necesidades, el bebé aprende a distinguir y distinguirse del mundo, aprende a diferenciar el dolor difuso del hambre u otro malestar con el deseo de ser levantado, acunado, abrazado con amor y sostenido. Los entre comillas errores de la madre, le posibilitarán al niño un mayor aprendizaje, pués es la frustración de la satisfacción lo que le permitirá ir identificando el tipo de necesidad cada vez con mayor certeza.

Bajar la omnipotencia y decirle a la madre que apoyo, no sé lo que pasa, pero que cosas se te ocurren que podrías probar, le dará a la madre más confianza en sí misma y podrá buscar soluciones alternativas que la harán crecer en creatividad y sabiduría.

Aprovechemos la oportunidad, descendamos de la omnipotencia de creer que para todo debemos tener una repuesta y seguramente viviremos mucho mejor con una exigencia justa y una calidad de vida superior.

En estos 20 años he comprobado que los elementos que más eficaces han resultado en la relación de ayuda fueron:

1) “Una actitud positiva hacia la madre”, o como yo siempre digo mirarla con el ojo bueno y hacerle un sincero reconocimiento en primera instancia de todo lo que la mamá hace bien. Aunque yo sienta que lo que ella hace es “todo lo opuesto” a lo que “debería hacer”, le agradezco y le reconozco la importancia de que haya venido, que se esté ocupando de su hijo y que esté interesada en saber más acerca del cuidado y atención de su bebé.

2) El “respeto” y sobre todo la “tolerancia” de que aún no estando de acuerdo con lo que “ella es, hace o relata“; le muestro mi verdadero interés en ayudarla a sortear sus dificultades.

3) Una “estima incondicional” que le garantiza que ante mí puede presentarse tal como es con la certeza de ser acogida y respetada y perderá el temor de ser ridiculizada, juzgada o criticada, causa por la que muchas veces ella oculta al profesional o a personas de su entorno las cosas que ella no hace o deja de hacer aunque hayan sido indicaciones precisas.

La actitud positiva, el respeto hacia ella, y la comprensión hacen el caldo de cultivo al elemento más importante de la relación madre a madre que es sin duda alguna “la confianza“: ella confía en que yo estoy ahí para apoyarla y comprenderla y yo confío que ella es capaz de tomar las mejores decisiones respecto de su hijo.

La “autenticidad“, o sea la ausencia de insinceridad y disimulo es condición indispensable de la relación de apoyo pués para apoyar a una madre nada mejor que la resonancia emocional de quien lo ha atravesado, para mí la madre que apoya debe haber amamantado y destetado naturalmente a alguno de sus hijos, aunque y mejor aún si ello le ha significado innumerables dificultades. La acompañante debe manifestarle auténticamente a la mamá que ella también ha pasado por muchas dificultades, que por eso la comprende y que confía ampliamente que con perseverancia podrá solucionarlas poco a poco.

La mayoría de las veces las mamás resuelven sus problemas en presencia de una oreja entrenada, y cuando hablo de oreja entrenada no me refiero solo al conocimiento que debe tener sobre LM, sino de estar entrenada en lo que se denomina escucha activa, en la cual el elemento principal no es escuchar para responder, sino escuchar para comprender. Esta técnica es sumamente importante porque muchas veces las mamás resuelven sus dificultades cuando tan solo pueden hablar con alguien acerca de sus miedos, sus dudas, sus temores que en un gran porcentaje tienen que ver con experiencias que se han vuelto inconscientes en etapas anteriores de su vida: esto me tocó vivirlo muy de cerca con la sobrina de una amiga, cuyo bebé parecía ahogarse con su leche, lo que le provocaban una enorme desazón y un gran deseo de abandonar la lactancia. Charlamos por casi dos horas, tiempo que aproveché además para observar la relación que ella tenía con su hijo, antes de que se vaya le pregunté cual era el mayor de los temores que le provocaba esta situación, pués era cierto que el niño se atragantaba pero se recuperaba rápidamente, ella respondió: “que mi hijo se ahogue, en ese momento ella se puso de pié rápidamente y pude comprobar que su cara se había puesto pálida y como al pasar me dijo: ¡Ah, sabés que yo me olvide que un hermanito mayor que yo se murió a los 4 años ahogado en la pileta de nuestra casa, pero desde que aquello sucedió, nadie más ha hablado del tema, como si aquello y el niño no hubiesen existido.

Las mamás cuyos hijos deben ser circuncidados, tienen mucha dificultad en que los niños alcancen los 3 kg. de peso necesarios, muchas veces con solo identificar y poder hablar de los temores que la acosan el problema se soluciona en pocos días.

Del mismo modo una madre que pasa muchas horas fuera de su casa y el pediatra comienza a plantearle que el niño dada su edad debe destetarse, pareciera producir el efecto contrario y el niño se prende más que nunca al pecho y se resiste a ingerir otro tipo de alimentos. Para finalizar quisiera dejarles para que ustedes reflexionen, cuando hablamos de destete o de a qué edad debemos destetar, ¿de qué estamos hablando? ¿qué es lo que estamos midiendo?

Yo quisiera darles mi versión: después de 20 años de acompañar mamás, he visto muchas de ellas que le han dado el pecho a sus hijos hasta los 3 años y más y que sin embargo los han ido destetando desde sus primeras adquisiciones, y otras que por alguna causa solo les han dado el pecho a sus hijos únicamente 3-5 o 20 días y sus niños tienen 10 años y ellas aún no los han destetado. Porque si dar la teta es un acto de amor, debemos entender que el destete es darle a nuestros hijos la oportunidad de sentirse fuertes y seguros y eso no consiste solamente en no darles más la teta, no olvidemos que la LM es la matriz de aprendizaje, es el prólogo de todos los procesos de apego y desapego de los vínculos posteriores.

En los más de 20 años que llevo acompañando a madres he aprendido mucho de ellas, a todas y cada una mi más profundo agradecimiento por tan enorme generosidad porque como dice el Talmud:

“He aprendido mucho de mis maestros, aún más de mis compañeros, pero son mis alumnos los que más me han enseñado”.

¿Porqué ayuda madre a madre?

El tipo de interacción madre a madre refuerza lo que el equipo de salud haya informado, contrarresta la retroalimentación negativa de otras fuentes como familiares, amigos o personal de salud mal informado y sirve para identificar y resolver necesidades prácticas y emocionales.

Para la mayoría de las madres es difícil expresar sus dificultades, se sienten culpables de todo lo que hacen y piensan que son las únicas que tienen este problema. El reunirse con otras mamás les permite escuchar a otras embarazadas y puérperas, aprender de sus experiencias porque es más fácil aprender de nuestras compañeras que de profesionales expertos y así aprender a modelar un tipo de comportamiento.

Lo ideal es que el profesional dé la información puntual, práctica o técnica y que el acompañamiento lo haga una madre que ha amamantado y destetado naturalmente y que cuantas más experiencias difíciles haya pasado mejor, porque nadie que no haya sufrido grietas, mastitis, la enfermedad, la separación o la pérdida de un hijo puede entender el dolor que las madres sufrimos ante el más mínimo padecimiento de nuestros hijos y por no entender tenderá a restarle importancia a algo que en ese momento puede ser el árbol que tapa el bosque de la vida de esa mamá, no comprenderá la fuerza que ese sentimiento o dolor puede tener si a su vez ella no lo ha sufrido en carne propia.

La madre que acompaña es una gran oreja entrenada, que puede escuchar como el corazón de una madre resonando con el corazón de su hijo latiendo al mismo compás, cuando está tranquilo: lento y pausado, pero cuando está lleno de adrenalina, de angustia, de dolor y miedo puede latir como un caballo desbocado a punto de salir del pecho. La madre que acompaña es un diapasón que primero resuena con el dolor del golpe recibido y que luego lentamente, va llevando a esa madre a la calma, a resonar desde la tranquilidad, desde el poder comprender y relajar, en un proceso que vá desde: primero creer lo que la mamá cree, creer que lo que esa mamá dice es la “verdad” porque sea así o no, es la percepción que la madre tiene para ese momento de su existencia y es lo que está poniendo en juego para ver el mundo propio y el de su hijo.

Por eso la acompañante debe informarse adecuadamente y debe obtener dos tipos de información una explícita y otra implícita o subyacente.

La explícita o sea los datos específicos debo obtener, por ejemplo: como es el bebé, como se alimenta, con que frecuencia, como es el carácter, que actitudes toma la mamá frente a los requerimientos o llanto del niño, cuales son las necesidades de la mamá, sus capacidades, su disponibilidad, sus horarios de trabajo, cercanía o lejanía del lugar de trabajo, apoyo o P° negativa del entorno, que otras actividades debe hacer, si tiene otros hijos, etc.

La implícita será todo aquello que necesito saber, pero que la mamá no quiere decir por vergüenza, o por que ella no sabe que esto se manifiesta posteriormente como dificultades en la lactancia como por ejemplo: dudas, temores, creencias, mitos, inseguridades, etc.

Para obtener información hay dos niveles de pregunta; como por ejemplo:

a) ¿Cómo es un día de Uds. desde que se despiertan en la mañana hasta que duermen en la noche? (esto es lo explícito, lo manifiesto), y

b) Un nivel implícito sería: ¿Qué querés hacer? ¿Qué te sentís capaz de hacer y qué no y porqué? ¿Cuáles son tus temores, dudas, tus expectativas mediatas, e inmediatas? ¿Cómo te imaginaste y como te ves ahora? ¿Qué cosas sentís que no podes hacer y te gustaría realizar? ¿Qué necesitás para poder reconectarte con lo que era tu vida antes de tener al bebé?.

En este plano es fundamental comprender y reconocer la importancia que para muchas mujeres tiene el haber perdido su físico, su esquema corporal,. Dejar de lado las propias necesidades para priorizar las de otro y el haber tenido que resignar su tiempo, sus deseos y su libertad de acción en por de alguien que sabe que depende absolutamente de ella.

Dar a una mamá información correcta y adecuada puede ayudarla a confirmar su intención, pero no a modificarla.

Para lograr un cambio de actitud o de comportamiento lo fundamental es saber cuáles son los supuestos subyacentes que tiene la mamá o sea cuáles son sus creencias, mitos, valores, e incluso el modelo internalizado de mamá que ella tiene.

Para lograr esto de la mejor manera la acompañante debe ser otra mamá que le permite abrirse y charlar, si ésta persona está con un guardapolvo o la mamá sabe que pertenece a la institución hospitalaria, aparece una actitud inconsciente de sentirse juzgada, criticada y aunque querramos convencerla de que estamos para ayudarla y esta sea la verdadera intención, nuestra propia investidura lleva a que muchas veces la mamá no se abra y no confíe.

También es importante que el lugar de reunión de las mamás no sea el lugar de atención del niño y que los profesionales no estén presentes en sus encuentros. Los profesionales deben capacitar a las acompañantes y en todo caso funcionar como supervisores pero no deben participar en la reunión de apoyo madre a madre.

La forma en que la acompañante se relacionará con la mamá dependerá de algunos elementos importantes:

-La acompañante debe saber como se siente y como expresa sus sentimientos, pués debe saber que para empatizar, lo primero que debe hacer es conocer su propia manera de reaccionar. Si ella sabe que frente a sentimientos muy fuertes se incomoda, es probable que tienda a alejarse de una mamá muy expresiva o se involucre tanto que pierda objetividad y no la pueda ayudar.

-Es importante que pueda reconocer los momentos en que pierde su equilibrio emocional y que puede hacer para serenarse.

Tiene que darse cuenta cuando está abrumada y no puede más y cuando siente amenazados sus límites y los ajustará para poder concentrarse en la mamá que pide apoyo en lugar de hacerlo en ella misma. Un modo de serenarse es establecer límites a la otra persona (definición del espacio propio y el espacio del otro) como por ejemplo: disociándose del tono de voz, de la mirada, o del lenguaje que la madre está usando. También puede decirle a la mamá que necesita salir unos minutos y usará algunas técnicas para relajarse como regular la respiración, aflojar los músculos tensionados, aflojar los dientes, pensar en algún lugar o momento donde se sintió segura y tranquila, etc.

-Debe generar confianza en la madre para que pueda hablar de sus sentimientos con libertad, para ello usará técnicas de reconocimiento y estímulo, remarcando en primera instancia todo lo que esa mamá hace bien. El reconocimiento puede hacerlo a través de palabras, gestos, una sonrisa y lo usará como estímulo para reforzar las conductas positivas de la mamá.

Para ello la acompañante no debe enjuiciar, criticar, ni juzgar, sino que debe usar técnicas de escucha activa (escuchar para comprender) que constará de dos partes, una de reformulación de lo que la mamá ha dicho y que tiene dos objetivos, por un lado repetir con otras palabras lo que la mamá dijo para que ella pueda escucharse y por otro lado para comprobar que la acompañante ha entendido lo que la mamá quiso decir y una parte de reflejo del sentimiento que sería pensar que sentimiento tiene una mamá que está pasando por esta situación y devolvérselo, así la mujer podrá explicar si es ese el sentimiento o es otro.

La escucha activa es una técnica que favorece el rapport o empatía con la mamá que consulta.

Otra técnica que puede servir para aclarar las omisiones, distorsiones o generalizaciones que realizamos al hablar, es el metamodelo del lenguaje que sirve para recabar información específica, Ejemplo: si la madre dice, no tengo nadie que me ayude y este bebé llora todo el santo día, la acompañante, podría preguntarle, No tiene a nadie, nadie?, Hay alguna amiga, vecina o persona allegada que podría darle una manito con este bebé, que llora todo el día? O ¿hay algunos momentos en que no lo hace?

Por último la madre que apoya debe tratar de no cometer los obstáculos de comunicación como aconsejar, comparar lo que le sucede a la mamá con ella misma, eludir el tema, evadirse, moralizar, amenazar, contar algo mas grave, distraer, etc. pero sí puede usar la metáfora que es armar una historia a la medida de la dificultad que la mamá haya relatado, usando otros personajes y dejando un final abierto con varias opciones de las cuales la mamá podrá elegir la que más le convenga.

Consejos para una madre lactante que trabaja

* Hablar con la mamá acerca de que tipo de trabajo realiza.

* Cuantas horas permanece fuera del hogar.

* Existencia de guarderías cercanas al lugar de trabajo o el hogar.

* Disponibilidad para poder extraer y conservar la leche.

* Explicarle a la mamá acerca del esfuerzo y cansancio adicional y de las tensiones que le provocará mantener la LM.

* Explicar a la mamá que debe buscar una persona o lugar que sea de su absoluta confianza y que la persona que va a hacerse cargo del bebé responderá antes que nada a los requerimientos del bebé.

* Debe desarrollar y ensayar un plan de organización antes de volver al trabajo y en principio hacerlo en forma parcial.

* No introducir el biberón antes de una semana de volver al trabajo y en lo posible, no antes del mes de vida para que no interfiera en la producción.

* Es preferible que el bebé tome la leche en taza, cucharita o vaso con agujeritos.

* El biberón no debe dárselo la mamá, ni estar cerca cuando se lo dan. El biberón debe estar cerca de la pared toráxica de la persona que se lo dá y debe hacerlo en una posición similar a la de mamar.

* Al principio usar una mamadera transparente, pequeña y de tetina blanda para poder ver mejor al bebé.

* Crear un ambiente tranquilo para el momento de la toma de leche.

* La temperatura de la leche debe ser tibia.

* Si el bebé tiene mas de 6 meses, es preferible que la persona que lo cuida le dé otro tipo de alimentos sólidos y deje la mamada para cuando la mamá vuelva del trabajo, que sea lo primero que haga al llegar y lo último que haga antes de ir hacia el trabajo.

* Muchos bebés esperan a la mamá y hacen más mamadas cuando ella está o en la noche. Esto exige más desgaste de energía, por lo que la mamá deberá reducir el trabajo hogareño para poder descansar más.

* El bebé debe conocer con anterioridad la persona que lo cuidará.

* La mamá necesitará más apoyo y tiempo.

* La mamá debe recibir información acerca de cómo extraer y conservar la leche.

* Debe saber como usar los períodos de receso.

* Debe identificar las necesidades y planificar los cambios.

Preguntas para hacer a la madre

¿Puede llevar al bebé al trabajo?

¿Hay guardería?

¿Vive cerca para ir a amamantarlo?

¿Hay alguien que viva cerca para poder cuidarlo?

¿Hay algún conocido que pueda cuidarlo?

¿Sabe como mantener la producción de leche?

¿Sabe como extraerse?

¿Sabe como conservarla?

¿Sabe como dársela sin usar biberón?

¿Sabe que enseñar a la persona que se queda con el bebé?

¿Cómo puede hablar con su familia, sus compañeros y sus jefes para que la apoyen?

¿Conoce las leyes que la protegen?

Lactancia materna y posibilidades de nuevas fuentes de trabajo

A partir de la necesidad de amamantar a los bebés pequeños podemos crear nuevas fuentes de trabajo.

Ejemplo: una madre que vive cerca del lugar de trabajo podría ofrecer quedarse en su casa y cuidar de los niños de un grupo de 8 madres y que estas madres colaboren ofreciendo cada una su hora de lactancia para ayudarla. Se obtendría así un nuevo puesto de trabajo y menos ausentismo pués los bebés se enfermarán menos física y psicológicamente. Esto también redundará en que el dueño de la fábrica se evitará la construcción de una guardería, habrá menos ausentismo, las madres tendrán un lugar donde poder sacarse y conservar la leche.

Otras mujeres pueden ofrecer sus casas como legar para que las madres puedan sacarse y conservar la leche a la vez que podrían tomar algún refrigerio en su horario de almuerzo.

Las mujeres con habilidad para la costura podrían coser ropa adecuada para amamantar u otros elementos para el bebé como mochilas, o batitas, o escarpines y tal vez tejer ropita de invierno comprando entre varios lana y agujas. También mujeres que cosan pañales y chiripas, sabanitas y toallas económicas comprando telas por metro.

Otras mamás podrán dedicarse al lavado planchado y entrega de los pañales a domicilio, como hacía hace muchos años la pañalera. Todos estos elementos de ayuda a bajo costo redunda en un beneficio a las dos partes, la que presta el servicio tiene una entrada de dinero y la mamá que lacta ahorra energía, cansancio y tensión si tiene alguien que le resuelve algunas cosas como el esterilizado de mamaderas o el lavado de la bomba manual o extractora y el lavado y planchado de pañales con lo que ahorrará también en el uso de pañales descartables que ocasionan un gran problema ecológico con respecto a la cantidad de basura, y tener solucionado el problema de la vianda en el lugar de trabajo y tal vez la comida de su casa a precio reducido y casi sin desgaste.

Liga de la leche argentina

Líderes que atienden grupos en Capital Federal y Zona Norte.

Mónica Tesone de Ispani
Te: (011) 47835754
E mail: [email protected]
Grupo: 1er. Viernes de mes
Hora: 9:00 – 11:00
Lugar: Migueletes 1762

Ceferina Rodríguez Kenny de Perona
Te: (011) 47722440
E mail: [email protected]
Grupo: terceros jueves de mes
Hora: 9:00 – 12:00
Lugar: Salguero 1244 (Espacio cedido por La Soc. Arg. De Pediatría)

Marcela Echeverría de Palacios Hardy
Te: (011) 47915496
E mail: [email protected]
Grupo: 1er. Miércoles de mes
Hora: 17:00 – 19:00
Lugar: Alsina 1198 – Vicente Lopez

Guillermina Schmidt de Heil
Te: (011) 47650753
Grupo: 1er. Miércoles de mes
Hora: 10.20 –
Lugar: Av. San Martín 2126 – 1 “F” – Carapachay

Provincia de Buenos Aires

9 de Julio:
María Laura Arucci de Carnaghi
Te: (02317) 430446
E mail: [email protected]
Grupo: 1er. Miércoles de mes
Hora: 17.00 – 19.00
Lugar: Mendoza 1077

Azul:
María Luz Aguiló de Rojas Panelo
Te: (02281) 426051
E mail: [email protected]
Grupo: últimos lunes de mes
Hora: 17.30 – 18.30
Lugar: 9 de Julio 530 (espacio cedido por la Liga de Madre de Familia)

Lobería:
María Elena Domínguez de Juárez
Te: (02261) 440486
Grupo: Lunes
Hora: 17:00
Lugar Las Heras 165

Mar del Plata:
Etelvina Serrano de Conte
Te: (0223) 4890974
E mail: [email protected]
Grupo: 2do. Miércoles
Hora: 14.30
Lugar: Hotel Ostende Hipólito Irigoyen entre Rivadavia y San Martín

Miramar:
Rosana Gonzalez de Martinez
Te: (02291) 432704 (invierno)
(02291) 422743 (verano)
Grupo: una vez al mes
Hora: varía según necesidad
Lugar: CIM Av.26 n° 769 y Hospital

Necochea:
María Ester Barbería de Gonzalez Sisti
Te: (02262) 425605
E mail: [email protected]
(e mail de Chichita Ilariucci de Russo, aspirante a líder de LLL)

Provincia de Córdoba
Córdoba:
Viviana Lorenzo de Carlopio
Te: (0351) 4811091
E mail: [email protected]
Grupo: 3er. Sábado
Hora: 17.00
Lugar: Coronel Beverina 1974

Provincia de Misiones
Colonia Wanda:
Liliana Chumen de Sosa
Te: (03757) 470271

El Dorado:
Myriam Liliana Da Silva de Anker Nelson
Te: (03751) 422952
E mail: [email protected]

Provincia de Mendoza
San Rafael:
Inés Muros de Mercado
Te: (02627) 432291
E mail: [email protected]
Grupo: jueves
Hora: 16.00 – 18.00
Lugar: Ortiz de Rosas y Libertad
Grupo: Viernes
Hora: 16.00 – 18.00
Lugar: Avellaneda 250

Provincia de Neuquen
Villa Angostura:
Sandra Senestrari de Cabanillas
Te: (02944) 15615220
E mail: [email protected]

Provincia de Río Negro
Bariloche:
Silvia Llenas de Barco
Te: (02944) 426942
E mail: [email protected]
Página Web del grupo:
http://www.bariloche.com.ar/lactancia/index.html
Grupo: últimos sábado del mes de oct y nov
Hora: 10.00 – 13.00
Lugar: Centro de Educación física N° 8

Provincia de Santa Fe
Rosario:
Silvia Viale de Diaz
Te: (0341) 4827576
E mail: [email protected]
Grupo: una vez al mes

Provincia de Tierra del Fuego
Ushuaia:
Claudia San Gregorio de Luis
Te (02901) 445213
E mail: [email protected]
Grupo: 2do. Martes de mes
Hora: 12.00
Lugar: Curso de Psicoprofilaxis de Embarazo Hospital Regional Ushuaia

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