Las máquinas deseantes

En clases anteriores estuvimos hablando de las tres Superficies que componen la Tópica de la Realidad, según Deleuze y Guattari.

También conversamos en diferentes contextos sobre algunos temas que son típicos de estos autores. En esta oportunidad trataremos de hacer una introducción acerca de los “elementos” que integran la Superficie de Producción. Estos “elementos” de difícil compresión, aprehenden las características que comentamos acerca de la diferencia, los simulacros, las intensidades, los devenires, las haecceidades, los pasos, las multiplicidades, etc.

De forma que, a pesar de ser complicado definir los mencionados elementos, no lo es tanto si recordamos todos esos términos explicados en clases anteriores.
La Superficie de la Producción está “poblada” por dos “entidades” (muy extrañas, por cierto) Ellas son las máquinas deseantes y el cuerpo sin órganos. Las máquinas deseantes (MD) son elementos de régimen binario y de “naturaleza” intensiva y singular. Son multiplicidades cuya combinación se efectúa como constituyendo todo lo que compone la realidad. En ese sentido es que se puede decir que son pre: “pre-naturales”, “pre-sociales”, “pre-subjetivas”, “pre-semióticas”, “pre-maquinarias o tecnológicas”
Ese término fue tomado de un libro de M. Courreges, un especialista en crítica Estética, y se refiere a las esculturas modernas y posmodernas, que frecuentemente se forman con maquinitas cibernéticas, armadas eléctrica o electrónicamente. Un nombre que reciben esas maquinitas es el de gadgets. Entre esas esculturas hay algunas muy curiosas, como “La máquina ocio”, “La máquina célibe”, etc. Lo interesante de esas máquinas es que, usando elementos de la tecnología moderna, producen exclusivamente un efecto estético, que entre otras peculiaridades posee la capacidad de desvincularlas por completo de sus finalidades “prácticas” o utilitarias en el mundo contemporáneo. Por otro lado, algunas de ellas son capaces de construirse o destruirse a sí mismas, de “formarse” o de “transformarse” al mismo tiempo en que funcionan.

Para pensar las MD, es necesario tratar de descartar por completo las imágenes de forma, estructura, contenido y función que todos evocamos cuando pensamos en una máquina cualquiera de nuestra cultura. Las MD se dividen en dos tipos: máquinas “fuente” y máquina “órgano”. La máquina fuente extrae y emite un flujo “energético”, la máquina órgano, lo corta. Pero la máquina que funcionó como cortadora de flujo en la primera combinación, a su vez, puede convertirse en una máquina fuente de flujo en una segunda combinación. Las MD entonces, pueden combinarse en todas las direcciones y en un tiempo que le es propio a ellas y que no se confunde con el tiempo cronológico, tampoco con el retrospectivo. Como se puede imaginar, Las Máquinas Deseantes forman un Rizoma (red vegetal de la cual ya hablamos)

En rigor, su conceptualización puede ser entendida como un intento de pensar modalidades de Orden propias del Caos, sobre todo apuntando que desde ese Caos van a surgir todas las “entidades claramente ordenadas” de las Superficies de Registro-Control y de Consumación-Consumo, que ya conocemos y que estamos habituados a considerarlas la realidad en sí misma.

Las Máquinas Deseantes, en la Superficie de la Producción se acoplan por la Síntesis Colectiva de Producción y es por medio de ellas que generan todas las realidades “pre” a las cuales ya nos hemos referido. Ese régimen de acoplamiento puede ser verbalizado por medio de la conjunción “Y”. Es decir, “Y” el otro, “Y” los demás, etc. También cada MD es así una singularidad, e integra esa multidiversidad infinita de diferencias positivas absolutas. No sólo que lo que las une son flujos, sino que ellas también se forman y se transforman en la medida en que funcionan (devenires) Entonces, su conjunto integra esa multidiversidad abierta de todos infinitos, en que cada nueva parte producida se agrega como “una parte más”

En esta superficie es que se da el tipo de “organización” que Deleuze y Guattari denominan “Molecular” o “Micro”. Este tipo no tiene precisamente que ver con “lo pequeño”, entendido como una dimensión extensiva y temporal de la Superficie de Registro. Pero son las mismas máquinas que, cuando integran la Superficie de Registro-Consumo, lo hacen combinando su régimen por medio de Síntesis Disyuntivas, por las cuales generan territorios, medios, estratos, así como todas las entidades que conocemos clara y separadamente. En este plano, las síntesis funcionan separada y opcionalmente. Las entidades de la Superficie de registro son “O” esto, “O” aquello, “O”… así sucesivamente.

Esta conceptualización está tomada de la Filosofía de Kant. Kant dijo que la entidad suprema de esta Superficie es Dios, como “Señor del Silogismo Disyuntivo”, que es el recurso básico para pensar las cosas del mundo separada y ordenadamente. Algo similar sucede en la Superficie de Consumación-Consumo, en que las MD funcionan en base a las Síntesis Conjuntivas. En ella, las entidades llegan a su realización total o a su consumo unas por las otras, lo cual cierra su ciclo. Este nivel, de las Superficies de Registro-Control y de Consumación-Consumo es lo “Macro” o “Molar” que no tiene que ver necesariamente con lo que es “grande”, sino con un modo de organización de los conjuntos denominados en Física “Molares” que obedecen a las leyes de los grandes números, así como a un determinismo causal y preciso.

Las MD en la Superficie de Producción se disponen sobre un “Sustento” (o podríamos decir, “un no-lugar” denominado Cuerpo sin Órganos)

El Cs. Os. (Cuerpo sin Órganos) es el “Grado Cero de las Intensidades”, lo “improductivo”, lo “no creado” de la Producción: su Concepto está constituido a partir de las ideas de las religiones hindúes, que hablan de un “Huevo Tántrico”.

También contribuye la mitología de una comunidad primitiva, los Dogon, que hablan del Universo como un “Huevo Cósmico”. Finalmente, intervienen también los descubrimientos de la Biología Molecular Moderna, que habla del “Huevo Genético”. Todos estos “huevos” tienen la particularidad de generar todo, no obstante estar, en sí mismos, compuestos no de “partes” morfológicamente determinables, sino de “ejes”, “umbrales”, “grados” de fuerza generativa pluripotente. De esa manera, es imposible saber qué “región” de estos generará cada parte de las realidades circunscriptas que son capaces de producir.

Como veremos más adelante, las relaciones entre el Cs. Os. y las MD son complejas (atracción, repulsión)
De acuerdo con el predominio de alguna de ellas, el rol del Cs. Os. en la Superficie de Producción es diferente de la de Registro. En la Superficie de Registro, el Cs. Os. funciona como un “Cuerpo Lleno”, una entidad que se apropia de toda la Producción y la hace aparecer como generada exclusivamente por él de una manera milagrosa. El Cs. Os. concepto que no se opone al Cuerpo (por ejemplo, biológico) ni a los órganos, sino al “organismo”, es decir, al Cuerpo ya ordenado de la Superficie de Registro.

Las Relaciones en la Superficie de Producción entre el Cs. Os. y las MD terminan por producir todo lo que existe. En el nivel de la Superficie de Registro esas producciones se evidencian como “líneas de fuga”, “desterritorializaciones” y “acontecimientos” de cualquier “naturaleza”, que son los responsables de todos los cambios revolucionarios-deseantes que metamorfosean la realidad tal como podemos verla en la Superficie de Registro-Control. Esas “novedades” radicales se presentan como “Individuaciones”, o sea, como nuevas entidades que no pertenecen a ninguna especie conocida. Son lo “anómalo”, lo que no es normal ni anormal.

Este apunte pertenece al libro Introdução à Esquizoanálise. Editado por la Biblioteca del Instituto Félix Guattari, de Belo Horizonte, Brasil, 1998.
Traducción: Andrea Álvarez Contreras.
Buenos Aires, 28 de abril de 2003.

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