Mapas y Cartografías

La eutonía además de ser una práctica corporal es una filosofía de la existencia y una pedagogía del movimiento y de la sensibilidad desde la que se abren modalidades profesionales variadas.

Los principios de la eutonía son un conjunto sistemático de conceptos que recogen los descubrimientos y conclusiones, que en el área de la pedagogía y de la clínica corporal ha desarrollado Gerda Alexander, su fundadora.

De los principios emanarán líneas organizadoras del saber y del quehacer, que, por cuestiones que hacen a los estilos personales, funcionarán en algunos profesionales como normativas estereotipadas e inmutables y en otros como “flujos” de los que es posible beber y que permiten bocetarse y bocetar el instrumento para hacerlo vivo y transformador. Para este tipo de profesional, al que llamo cartógrafo (tomando una expresión que utilizan Deleuze y Guattari), los principios pueden considerarse como los trazos de un pintor, que toman forma, dirección, textura, color y vagan por la tela, mientras el azar y algunas búsquedas juegan con ellos. Estos trazos así diseñados recorrerán los pasos de la fundación de la Eutonía. Cada vez que un profesional encarne los principios y experimente sin prejuicios, libre y abierto, la singularidad del encuentro corporal con el alumno, reinventará los principios y los instrumentos de la Eutonía.

El eutonista, que ha emprendido un viaje por su cuerpo e intenta orientar el viaje corporal de otras personas, necesita un mapa, una “geografía descriptiva” de regiones a recorrer, fronteras, formas de acceso, climas, costumbres, idiomas.

En la eutonía, uno de los mapas lo provee la biología en todas sus formas. El eutonista deberá reconocer la arqueología/embriología de los tejidos corporales, la fisiología de los sistemas, la neurología del tono y de la sensibilidad, pero además la mecánica del movimiento. La psicología proporciona también un mapa para este viaje. Conocer algo de las costumbres de los habitantes, de sus idiosincrasias, de los modos de agruparse, de hacer sus rutinas y de sentir la vida, requiere informaciones acerca de cómo funciona la mente, sus representaciones corporales, aparatos psíquicos, afectos. También la Filosofía aporta un mapa a los interrogantes acerca de lo obvio, de las verdades universales, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, de los paradigmas que gobiernan los desarrollos de la Ciencia o del Arte. Hay otros mapas, pero aquí sólo me interesa reflexionar acerca de la variedad de universos que intervienen en la construcción de un saber que permita orientarse en el viaje corporal.

El eutonista, auxiliado por el mapa que le da elementos básicos para su saber, pronto descubrirá que si bien ha adquirido mayor seguridad y una orientación general, poco sabe de este ser humano, de carne y hueso, que está delante de él. Ante este ser humano concreto, el eutonista quizás necesite acudir a una serie de movimientos que no estaban pautados, modificar su lenguaje, sus estrategias profesionales habituales, buscar nuevas pautas de acción, otros recursos.

Del mapa inicial, que es el encuadre profesional, el eutonista deberá ir construyendo cartografías, que funcionarán como encuadres situacionales, móviles.

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