I. Quiero agradecer esta doble distinción: presentar un nuevo libro de Hernán y compartir el espacio con un maestro de todos nosotros, el Dr. Fernando Ulloa. Presentamos hoy un nuevo libro de Hernán Kesselman. Estos dos tomos de editorial Lumen cuentan con prólogos de Emilio Rodrigué y Eduardo Pavlovsky y una fotobiografía al final de cada tomo. Está dividido en una introducción y seis capítulos que se constituyen en verdaderas periodizaciones de su vida. Dice en la Introducción en un apartado que denomina “auto de fe”:
“Creo que toda mi vida personal y mi vida profesional en el campo “psi” ha estado signada por mi entusiasmo con el compromiso ideológico y político para cambiar, junto con otros, las cosas que no me gustaban de la sociedad en la que vivía. Por no ser alguien más de la mayoría silenciosa, por no ser un espectador pasivo de la tragedia humana, de la injusticia social, estudié Medicina y Humanidades. Un día, me desperté dudando de que los ricos eran ricos porque trabajaban y los pobres eran pobres porque no trabajaban o porque así lo dispuso el Señor. El marxismo me explicó que lo que les sobraba a algunos era lo que les faltaba a otros y esto me sirvió no sólo para comprometerme con el socialismo, ya sea en torno a la cuestión sionista o al tercermundismo, sino también para comprender el juego de vasos comunicantes en la psicopatología vincular de un grupo familiar donde, como enseñaron Bleger y Pichón, cuando a unos les sobra enfermedad es porque otros se apropian de la salud, que debería ser un bien común”.
A través del Tomo I: “Crónicas de un Psicoargonauta comienza con la presentación de sus grupos actuales de formación: “Aula taller de una institución fantasma”, para derivar luego en la primera periodización (58-76) por donde desfilan sus primeras travesías institucionales. Todas alternativas.
El Lanús y Mauricio Goldenberg, su encuentro con Bleger, Pichon y Mimi Langer. La cátedra de Psicología Médica. Su encuentro con el Psicodrama, las escenas temidas. Plataforma.
En la segunda periodización -´76-´86-, “tiempos nómades”, da cuenta del exilio en España y la llegada de las ideas de Pichon a ese país; las teorizaciones del grupo-análisis operativo como también la articulación de Foulkes y Pichon Riviére. Sus experiencias en Londres con Malcom Pines. Su amistad con Nicolás Caparrós y el grupo Quipu.
En el Tomo II que titula “El goce estético en el arte de curar” incluye el análisis didáctico grupal y la Escuela de Psicología Social de Madrid.
Entra luego en el Tercer Período a partir de 1986 hasta la actualidad. Incluye aquí el regreso al país, el des-exilio. La Multiplicación dramática. La cuestión del cuerpo con aportes de Susana Kesselman, Martín y Mariana. Para llegar al último capítulo “Intertextos para el mestizaje entre el tropicalismo brasileño y el sudaquismo rioplatense”, donde reune aportes de colegas brasileños y de muchos de nosotros.
II. Este es un libro muy particular. Tanto en su forma cono en su contenido. Quisiera detenerme en algunas cuestiones que atañen al modo de organización de estas “Crónicas de un psicoargonauta que goza en el arte de curar”. Esta extensa narración es de algún modo una autobiografía. Sin embargo no lo es en sentido estricto. No es una cronología de sucesos personales. No revela secretos de su vida privada. No es nuestra Lady D.!. Sin embargo, es inmensamente íntimo. Hace público, publica una historia de vida donde a partir del relato de sus distintos estadios profesionales -desde los comienzos con Goldemberg, hasta sus trabajos actuales- va desplegando esa particular intimidad de los procedimientos creativos, de las invenciones, -personales y/o colectivas- de los amores de/con sus amigos co-equipers con los que se ha instalado a estar -la casona, los almuerzos de Madrid y Buenos Aires- que no han sido sólo el compartir de amistades, sino las condiciones materiales mismas de sus producciones institucionales clínicas, teóricas, estéticas.
Condiciones de producción han sido y son también Susy y “los chicos”. Pero como nada en el libro es para ser pensado en línea “one way”, si los amigos, Susy y los chicos, crean sus condiciones de productividad, es él a su vez posibilitador de las producciones de los amigos, Susy y los ex-chicos, Martín y Mariana, presentes con sus propios textos y hoy ya también colegas.
No es él quien nos dice ésto, simplemente relata, piensa, actúa y pone al lector -en este caso yo- en un lugar desde donde puede realizar sus inferencias.
Abre diferentes puertas, ventanas, espacios para alojar una presencia: las intimidades de Hernán. Estas se despliegan en estos dos tomos si convenimos en considerar íntimos los espacios de producción del pensamiento. Hay algo más íntimo que las historias de los devenires del pensar? No están aquí meramente las ideas de un autor, sino sus pensamientos, es decir sus prácticas, sus pasiones, su cuerpo hecho muchos cuerpos, sus compromisos, sus lealtades, sus rupturas, sus alegrías y sus desgarros, sus decires y también todos sus silencios.
Tampoco podríamos decir que hoy aquí se presenta la historia profesional de Hernán Kesselman. Todo aquí es politico.
Sin embargo hay muy pocas referencias o explicitaciones específicas a sus pertenencias o prácticas políticas. Salvo algunas puntualizaciones de su militancia en los ´60-´70 en momentos en que estas entraban en conflicto con sus inscripciones institucionales. Su alejamiento de los equipos de investigación de Goldemberg, de la Facultad de Medicina, su no viaje a la URSS con los otros Soviet-Boys como los llama E. Rodrigué en su prólogo, y algunos subtítulos provocativos como “LA vida por Mauricio Goldemberg”, “La vida por Bleger”, “La vida por M. Langer”, “La vida por Pichon Riviére” que dan ese inconfundible sello burlón a nuestro autor.
Es íntimo y es político porque habla de lo público. Porque cómo dar despliegue a las potencias de las transformaciones colectivas sin poner en movimiento las violencias de las revueltas de nuestros propios cuerpos?
¿En qué sentido digo que todo el tiempo es un libro político -cuestión que también subrayan Emilio Rodrigué y Tato Pavlovsky en sus prólogos-?
Es político no sólo por la mención expresa de su militancia peronista en los ´70, o su interés por desarrollar dispositivos en Salud Mental para sextores populares, o por su relato de la ruptura de la APA y la formación del grupo Plataform; es político tambíen hoy cuando derrotados -aunque tal vez no vencidos- aquellos sueños colectivos que operaron como verdaderos organizadores de sentido de nuestras prácticas profesionales, elige la Multiplicación Dramática como una de las herramientas centrales de su caja. Se vuelven allí imposibles las unidades de argumento, de sentido, de interpretación.
Es político cuando sigue almorzando los jueves con Tato.
Es político cuando construye un particular diseño para sus grupos actuales de formación, a los que denomina “grupos de co-visión”.
Allí también se desdibujan las unidades. Un dispositivo donde se fragmentan, se multiplican la consagrada unidad de la coordinación. Al correr del trabajo, producciones estéticas se anudan y desanudan con problemas teóricos y/o cuestiones llamadas de actualidad periodísticas. Afectaciones de cuerpos y pensamientos de unos y otros participantes se vuelven por momentos indiscernibles y por momentos se dibujan en máximas particularizaciones.
Micropolíticas de la diversidad, micropolíticas de fragmentación de lo unitario, de lo uno, lo molar. Molecularidades que no renuncian a la unidad, sino que la fragmentan para hacer posibles “todos al lado de partes” y no todos que subsuman las partes.
Micropolíticas que no son consuelos de nuestras ausencias actuales de proyectos macropolíticos sino micropolíticas que crean condiciones -todo el tiempo- para el despliegue de potencias radicalizadoras.
¿Es un libro de autor? Sí, pero también no. No presenta las clásicas figuras de edición: libro de autor, compilación o Hernán Kesselman y Colaboradores. Sin embargo, junto al grueso de relatos y escritos clínicos, institucionales y estétidos de su autoría, aparece una diversidad de co-autores que aportan tramos consonantes o resonantes con las cuestiones que a Kesselman le interesa plantear; pero de un modo muy particular. Coloca fragmentos que él recorta de estos autores amigos no extranjeros de su pensamiento. Y en el recorte se produce una doble presencia: la del colaborados-fragmentado y la de Hernán. No mutila , ni selecciona, ni se apropia, fragmenta las producciones de unos y otros y arma una melodía de fragmentos que es propia y ajena. Que en ningún momento deja de ser propia, y en ninguno deja de ser de los otros. Una vez más disloca un todo para inventar una nueva entidad. Donde no se pierden ni los todos ni las partes. Donde la propiedad no es ya ni individual ni colectiva.
¿Es un libro que expone producción conceptual o es un libro de relatos de experiencias político-institucionales? Intercala, fragmenta, unifica y vuelve a dislocar sus aportes teóricos. En este aspecto, tal vez sus pasajes más fuertes estén en relación a las reformulaciones teóricas de la Psicología Operativa y aquellos referidos a la Multiplicación Dramática. Multiplicación Dramática que ya desde Kesselman y Pavlovsky va dejando de ser una técnica de trabajo para -a partir de la fundamentación deleuziana que ellos han trabajado- haya pasado a ser un dispositivo de fragmentación de ilusorias unidades: de relato, de sentido, de interpretación.
Pero es también el relato de sus prácticas institucionales de ruptura -Plataforma-, de institución de abordajes alternativos: Lanús, Cátedra de Medicina, grupos de co-visión, etc.
Es también cartas/poemas de amor a Bleger, Pichon y Mimi. Es también el relato de la re-fundación de las ideas de Pichon en España.
Ese volver a empezar en el exilio que yo imagino desesperado, desgarrado. Su pudor hace que casi no mencione los costos subjetivos de expulsiones, extranjerías, vueltas, reconocimientos y muchos desconocimientos.
Hay un punto que opera en mí como una cachetada: algo que todos sabemos, pero alojamos en un semi-olvido: los libros desaparecidos.
Es también el humor de las anécdotas en el relato de las andanzas del Psicoargonauta. Anécdotas -algunas reales- como cuando Pichon abría la puerta y decía a un grupo familiar que lo esperaba: “que pase el que pueda”.
Otras -quiero creer que ficcionales- como la historia -desopilante- que cuentan él y Tato de su encuentro con Rodrigué en Bahía mientras Emilio no paraba de hacer footing.
A lo largo de tantas páginas serían innumerables los puntos a tomar para compartir con Uds. Voy a tomar sólo dos y muy brevemente; dice por allí:
“… A esta altura del siglo, ya es posible argumentar que, tanto para la formación, como para el camino de la cura el artesano (para mí el operador en Salud Mental) integra un histórico social donde el arte, la filosofía y las ciencias, permiten el tránsito de lo siniestro a lo maravilloso, en un quehacer, la Multiplicación Dramática, que a través de la vivencia estética legitima -en nuestras horas de trabajo- la alegría y el entusiasmo: El goce estético en el arte de curar”.
Y como en Hernán nada son sólo palabras, muchas páginas después narra un encuentro con un gitano, su primer maestro de flamenco, donde entre ambos instituyen un inesperado bastión de resistencia: el flamenco: “supimos rápidamente -dice- que aunque lejanos en el tronco, nos tocábamos para dar una flor parecida: la de poder transformar la tristeza en creación y también por raíces subterráneas: la fraternidad espontánea de los que han vivido la marginalidad en cualquiera de sus formas”.
De lo siniestro a lo maravilloso a través de la dimensión estética. De esto se trata este libro y en ese hilo, ahora sí unitario por derecho propio, despliega la contundencia de un infatigable imaginador. Por eso goce, por eso estético, porque pone en acto la radicalidad de la imaginación.
Castoriadis decía -en su crítica al pensamiento heredado- que la historia de la Filosofía era la historia del desalojo de la imaginación.
Diseñar toda una vida dispositivos llamados “alternativos” es también y básicamente una resistencia. Por eso íntimo, por eso político, por eso estético.
Este libro es también un entre:
• lo público – lo privado
• lo propio y de otros
• lo conceptual y lo vivencial
• lo clínico y lo político
• lo ético y lo estético
Pero también es un entre:
• el exilio – el desexilio
• el exilio – el insilio
• el amor y el desamor
• las alegrías y los desgarros de todos nosotros.
Ana M. Fernández
Presentación del libro, en dos tomos
I. “La Psicoterapia Operativa: Crónicas de un Psicoargonauta”
II. “El goce estétido en el arte de curar”
Hernán Kesselman. Ed. Lumen, Bs.As.
Feria del Libro, 30 de abril de 1999.