MARIELA GROSSO
Psicóloga Clínica.
Docente y Coordinadora Grupal
Miembro del C.P.O.
Integrante del R.A.P. Punta del Este (Uruguay)
Nada mas objetivo aparentemente que lo que estoy mirando en este preciso momento, y sin embargo, nada más subjetivo y singular, condicionado por emociones, miedos, vivencias previas y regido por una sintomatología física que acompaña a esa mirada.
“La enfermedad y los síntomas físicos nos hablan de lo inconsciente, según Groddecck, o sea, que el síntoma tiene una Identidad Expresiva, donde converge lo mental, lo corporal y lo interpersonal .
El cuerpo simboliza, los órganos son imágenes que se confunden con la materialidad del cuerpo, con sus partes visibles y con las ocultas, ordenadas por una sutil alquimia.”
Qué alquimia es la que se produce en la mirada, en cada mirada.
Cómo son las cosas. Cuál es la medida real del mundo que me circunda.
Cómo se juzga la normalidad. A través de que cristales se mide.
Qué mensajes podría develar la hipermetropía. Qué intenta revelar esta mirada desde el inconsciente.
Todo es cuestión de distancia. La hipermetropía se define como un defecto de la visión consistente en percibir confusamente los objetos próximos, por formarse la imagen mas allá de la retina.
Pero el sistema visual es dinámico. Para ver nítidamente de lejos y de cerca es preciso poner en marcha la “acomodación” y por lo tanto realizar un esfuerzo. Si además hay hipermetropía, el esfuerzo a realizar será mayor para compensar la diferencia de distancia.
Todo es cuestión de distancia. Hay una distancia que (nos) protege y preserva, y otra que duele y (nos)excluye. En ella gozamos y sufrimos.
Esa es la Proxemia, o distancia útil. Cada ser humano fabrica su propia proxemia, cada vínculo, cada grupo familiar fabrica su máquina de proxemia. Es el espacio de protección donde circulan los afectos y desde donde nos relacionamos.
Cuál es la distancia que necesitamos para ser- estar- en cada vínculo.
Hasta donde toleramos la cercanía con el otro.
A qué distancia me tengo que ubicar.
…” ni tan lejos que no pueda ver los rasgos de una cara, ni tan cerca que pierda de vista el entorno ”
JOSÉ SARAMAGO
La mirada regula esa distancia. La mirada me va a alejar o acercar de los objetos amados o temidos.
La hipermetropía, como síntoma delimita ese espacio. Marca una distancia innata y singular.
Los síntomas tienen una sabiduría propia, ” porque (nos ) dicen lo que las palabras silencian, lo que los oídos no quieren escuchar y lo que los ojos no quieren ver ”
HERNÁN KESSELMAN
La hipermetropía le da a la mirada, un sentido, un modo peculiar de percibir la vida.
Al trasgredir el síntoma, toda medida cambia.
Con los antejos puestos, mi mirada se “acomoda” más rápidamente, pero cambia. Se hace más mundana, todo es más veloz, más grande, todo está más cerca, se impone con claridad y definición. No puedo no estar en contacto.
Pero ese tiempo me es ajeno, esa medida no es la mía, esa distancia es ficticia, es producida “afuera ” de mi código personal.
Es una mirada extranjera, porque no la siento propia, es forzada. Es lo que los cristales me hacen ver.
Sin los anteojos, veo el mundo pequeño, más lejano, las cosas interfieren poco en mi espacio, la luz es más tenue. Todo llega más lento, tamizado su color, textura y hasta el dolor llega casi inadvertido, distante, algo confuso.
Como la mirada del extranjero, que es cauta, cuidadosa, donde la entrega no es fácil.
Será que la mirada del extranjero es una mirada hipermétrope.
Qué se despliega a través de mi hipermetropía.
Quizás una mirada distinta, la que me hace vivir una experiencia de extranjería permanente. El ver más lejos que el nativo, ver un poco más allá, no solo lo que tengo frente a mis ojos. Se despliega la capacidad de anticipar, de presagiar, como una experta tarotista; y también la posibilidad de prevenir, para combatir la angustia de convivir con el futuro en el presente.
” La extranjería, sea por migración o por exilio, otorga una capacidad defensiva e inmunológica, que el nativo no tiene,genera anticuerpos. Son los beneficios de la extranjería. Otorga agudeza en la mirada. Posibilita sorprenderse o escandalizarse de lo que el nativo ve como normal “.
HERNÁN KESSELMAN
“Hay que ser extranjero en el propio país, en la propia familia y en la propia piel”
NIETZSCHE.
Mis dos miradas son extranjeras, con los anteojos y sin ellos.
Será que es difícil escapar del mensaje del síntoma, y que la fuerza del inconsciente marca un rumbo que no es modificable con el aumento de los cristales.
Será este mi estilo posible de ver la vida, y creo que no me disgusta para nada.
…” y comprendió que un destino no es mejor que otro, pero que todo hombre debe acatar el que lleva dentro ”
JORGE L.BORGES.