Paisajes

MAQUÍNICO. Lo pichoniano nos acerca a lo maquínico: buscar en el vínculo más que en el sujeto. | 24/07/2013

MÁQUINA DE LETANÍA. Para el paciente no hay himno de gloria sino letanía. La letanía sería la producción de subjetividad de una máquina entre terapeuta y paciente en donde mientras a uno le falta aliento y al otro le sobra. Es una máquina de aliento – desaliento. No tiene final. La producción que sale del entre, es letánica. Para que no haya letanía tendría que haber un cambio de velocidad. En esa máquina, por más que el terapeuta sople y sople tratando de darle aliento al paciente para (con)sostener su vínculo con él, el paciente e(su)spira -el mismo aire que el terapeuta pone por un lado el paciente lo espira-suspira por el otro-. Por más que se aliente, la producción es desaliento. Y si el paciente no hace más que desalentar al terapeuta éste se va llenando de aire y se hincha hasta que explota. | 24/07/2013

MÁQUINA DESEANTE. Pasión por el conocimiento, más allá del lugar del supuesto saber. Huella que deja lo pasional. La máquina deseante es una máquina productiva, donde se encuentran las reservas de rebelión. | 24/07/2013

MÁQUINA DE FRACASO. Paciente que se queda sin palabras, como un bebé, terapeuta que siente que tiene que ponerle palabras a aquello que no se termina de decir. | 24/07/2013

Llamé Psicopatología Vincular (en honor de Bleger y Pichón Rivière) a una Psicopatología que recorta fuentes dolientes en el paciente y que hace relaciones y conexiones con la Psicopatología- en -nos, los terapeutas. Se configura de este modo un camino diagnóstico (con la misma nomenclatura de la Psiquiatría Dinámica) según la forma de vincularse en las actividades mentales, corporales y sociales, antes que por una verticalidad abstracta de cada paciente. | 24/07/2013

Hoy todos pareciéramos atravesar lo que en Medicina se conoce como enfermedad laboral del médico, “síndrome de Thomas” (personaje de “La insoportable levedad del ser.”) o “Burn Out” (desgastarse, quemarse, etc.), y que el Dr. M. Meeroff, pionero de la Bioética y la Antropología Médica, definió como: “Enfermedad que contraen los profesionales del cuidado de la salud, en primer término los médicos, que adquiere habitualmente cronicidad, afecta preferentemente a los profesionales de menor categoría, sin diferencias de edad y sexo, contagiosa de persona a persona por “vía mental”, últimamente muy difundida, especialmente en los centros de mucha población, que repercute intensamente en el medio familiar, de tratamiento muy complejo y escaso resultado aún”. Este síndrome que atraviesa la práctica cotidiana del médico, independientemente de sus diversas psicopatologías singulares, es el que observamos en la gran mayoría de los pacientes que solicitan asistencia psicológica. Y así, para que los que viven en la planicie (terapeutas y pacientes) puedan sobrevivir, tienen que aprender a producir habilidades y precauciones similares a las desarrolladas por quienes viven al borde del cráter de un volcán o en regiones espantadas por los sismos y maremotos. Se instala así una nueva figura en las producciones de subjetividad singulares y colectivas, un dispositivo que denomino Psicosísmica. En tanto curadores, detectamos “vibraciones” con nuestros aparatos de información y sensibilidad, tal como los sismólogos detectan los movimientos telúricos para organizar la prevención y los efectos deletéreos de los mismos. Es en esta climatología del atravesamiento histórico social donde se recortan las “nuevas” patologías mencionadas, con una intensidad y una velocidad de expresión que hacen sobreponer lo urgente a lo importante. | 24/07/2013

La Multiplicación Dramática partió de nuestra experiencia con las Escenas Temidas del Coordinador de Grupo, texto ya clásico que aportó a la desmitificación de la supuesta neutralidad valorativa del conductor grupal y humanizó su figura idealizada, acercándola a la de los propios conducidos. Esta línea originaria de trabajo suministrada por el psicodrama analítico tradicional, se fue modificando a medida que nos alejamos de lo anecdótico de la escena familiar consonante del coordinador grupal. Fuimos deleuzianos sin saberlo. Nos abrimos a las ideas de la complejidad y de la multiplicidad a través de las propuestas de escenas resonantes que surgieran de los integrantes del grupo, en lugar de reducir interpretativamente a certezas únicas el conflicto que planteaba el protagonista. A esta encarnación en escenas rizomáticas inventadas a partir de una escena inicial es lo que denominamos Multiplicación Dramática, máquina de producción de subjetividad, dispositivo analizador y herramienta de movilización para utilizar tanto en la creación de una obra de arte, como en una sesión de psicoterapia. La gran difusión de la Multiplicación Dramática en diversos países y entre variados profesionales del Psicodrama, de la Dinámica de Grupos y otros, dedicados al entrenamiento, la clínica, la pedagogía, la prevención, nos obliga a volver sobre este texto fundacional. El advenimiento de los Nuevos Paradigmas en el campo de la salud, la cultura, la educación, el arte, ha producido aperturas en nuestro pensamiento y práctica. Por esta razón hemos ampliado este texto a fin de incluir los desarrollos, los caminos entre el arte y la psicoterapia que hemos transitado como autores, juntos o por separado, multiplicándonos mutuamente en nuestras creaciones personales, mencionadas en la actual edición. Kesselman: tropicalismo, cartografías, covisión, heteronimia pessoana en la clínica; Pavlovsky: multiplicaciones Mayerhold, Coriolano, fragmentos de Bacon. Hernán Kesselman y Eduardo Pavlovsky | 24/07/2013

La Clínica Antropofágica: desmitifica los axiomas impuestos por el terrorismo cientista al imponer su concepto de asepsia, por el cual una disciplina no puede contagiarse de ideas de otra disciplina para transformarse y producir nuevos conceptos. Por el contrario, la antropofagia se vale de la caosmosis transdisciplinaria que nos ayuda a fundar utopías dominadas por el paradigma de la creatividad (el que es alternativo al paradigma cientista que domina el universo capitalista). Estamos hablando del Paradigma Estético y de una Ética de la Multiplicidad (Félix Guattari). | 06/06/2013

La Psicología Maquínica: consonando con autores como Gilles Deleuze y Félix Guattari que conciben la Subjetividad como el efecto de cortes y flujos de máquinas abstractas, que toman su sentido de acuerdo a la producción y que, conectan con máquinas que producen sentidos, haciendo masa, conexiones, independientemente de sus causas, relaciones y eficacia de sus productos. Hablamos así, de una Psicología Maquínica junto a la Psicología Vincular. Y en el entre de las cuales se desarrolla una Clínica de la Multiplicidad que es: Antropofágica, y de la cual se sirve el Cartógrafo Operador en Salud Mental. | 06/06/2013

Todas las generalidades de un padecimiento figuran en un manual, pero las singularidades de cada enfermo hay que explorarlas en él como ser humano, como persona. Del mismo modo, los recursos técnicos de cada corriente terapéutica también figuran en un manual. Pero las singularidades con que lleva a cabo esos recursos dependen del terapeuta como ser humano, como persona. El camino de la cura se inicia con el encuentro vincular de esas singularidades y nos llevan a describir una psicopatología vincular que es generalizable como observación y descripción fenomenológica, y singularizable en cada momento del encuentro. Si el paciente se conecta desde su psicopatología singular, el terapeuta también se conecta con él desde su propia psicopatología singular, configurando geometrías, figuras pasibles de ser diagnosticadas para elegir las herramientas y el momento táctico de emplearlas, según convenga al desarrollo productivo del encuentro de ambas patologías. Por eso, uno aprende a curarse y el otro aprende a enseñarle. Estos preceptos rigen para el suministro, la elección de fármaco/droga, y el momento y la forma de darla y recibirla, configurando así un campo de estudio en donde, además de la composición química del medicamento, debe investigarse la psicopatología de base, no sólo de quien recibe el fármaco sino también de quien lo suministra. Queda abierto así, un amplio sector de investigación en el campo de la Salud Mental: la Psicopatología Vincular y la Psicofarmacología Vincular. Donde para poder ser curador, hay que conocer y reconocer primero al herido que llevamos dentro. | 06/06/2013

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